2. Yo triunfador, ante la mediocridad, me conservo.
27.02.2013 12:41
2. Yo triunfador, ante la mediocridad, me conservo.
Cuando hablo de incomodidades personales debo confesar que la mediocridad es algo que me irrita. Desde joven aprendí el valor de la búsqueda incesante por los más altos valores del espíritu. Me enseñaron que lo primero que debería combatir en mi interior era el fantasma de la mediocridad.
He visto cómo la mediocridad destruye talentos; la mediocridad se alimenta de grandes sueños de otros pero ella no crece, ni cambia, ni se transforma. La mediocridad simplemente es eso: mediocridad sin color, ni aroma; sin dolor, ni gozo; sin esperanza, ni desesperación; sin pena, ni gloria.
La declaración de “Yo triunfador, ante la mediocridad, me mantendo” es la que recomiendo que repitas con el corazón y, por favor, combate ese terrible fantasma que, aunque se alimenta del espíritu entusiasta, no le sirve de nada.
Hasta pronto.
“El amor es para vivir, la mediocridad para destruir.”
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